13 de diciembre de 2009

La enseñanza de Olofi y Okó

Realmente yo creo que el mundo conspira para hacernos pensar y vivir cosas asombrosas, en este caso y por casualidad, alquilé la película Guantanamera. Me gusta mucho el cine latinoamericano, y el cubano, sobretodo, es fenomenal. Antes habia visto la película Fresa y Chocolate, la cual me habia hecho reir y meditar mucho.¡Que combinación tan deliciosa, no?

Imaginen mi sorpresa al encontrar esta hermosa leyenda cubana, que nos solo está magistralmente grabada (gajes de la producción) sino que además nos deja un mensaje interesante que contribuye al tema de la vida y la muerte.

"A principio del mundo Olofi hizo el hombre y la mujer y les dio la vida.

Olofi hizo la vida pero se lo olvidó hacer la muerte. Pasaron los años y los hombres y las mujeres cada vez se ponían más viejos pero no se morían. La tierra se llenó de viejos que tenían miles de años y que seguían mandando de acuerdo con sus viejas leyes. Tanto clamaron lo más jóvenes que un día sus clamores llegaron a los oidos de Olofi. Y Olofi vió que el mundo no era tan bueno como él lo había planeado y sintió que él también estaba viejo y cansado para volver a empezar. Entonces Olofi llamó a Okó para que se encargara del asunto.

Okó vió que había que acabar con el tiempo en que la gente no moría. Entonces hizo que lloviera durante treinta días y treinta noches sin parar y todo fue quedando bajo el agua. Solo los niños y los más jovenes pudieran treparse en los árboles gigantes y subir a las montañas más altas. La tierra entera se convirtió en un gran río sin orillas.

Los jóvenes vieron entonces que la tierra estaba más limpia y más bella y corrieron a darle gracias a Okó porque había acabado con la inmortalidad." Extracto de la Película Guantamera

Aveces nos arraigamos a nuestras viejas ideas quedándonos toda la vida con pensamientos de época. Los bautizamos con el nombre de "principios o ideales" en nuestros cerebros, los volvemos intocables, y pronto los tornamos viejos e inútiles para el hoy. Esos pensamientos y recuerdos se convierten poco a poco en una imposibilidad para avanzar y cambiar a lo que requiere nuestro mundo que seamos... jóvenes.

No creo que debamos renunciar a nuestros pensamientos, pero si, trasformarlos y adaptarlos con cada año que vivimos... Cada día es diferente, todo siempre está en continuo cambio. Y nos volvemos viejos cuando olvidamos cambiar, y olvidamos lo que sentiamos al ser niños o más jovenes. Convertimos en pasado el poder de la novedad, la inocencia y aquellos ojos que ansiaban el futuro.

¿Que niño querría crecer para convertirse en un ser amargado, negativo o en abuelo intransigente? No hemos aprendido que somos mortales pero nuestros pensamientos no lo son. Creemos que deben morir como nosotros... de vejez. Así con los años, los volvemos inútiles y los arrastramos a nuestra vejez corporal. Los matamos. Les robamos su vida.

Tomamos nuestros gustos, ideas y pensamientos, y los guardamos como recuerdos en el cajón de nuestra alma. En vez de eso, deberíamos renovarlos y ayudar, con la sabiduría que tenemos, a los más jóvenes. Darles luz para que resuelvan problemas que nosotros no pudimos resolver cuando eramos niños; ser abierto a meditar y aceptar los cambios del cosmos.

En cambio, como sabemos que caminamos hacia un fin, matamos lentamente nuestra vivacidad con los años. Como un reproche al paso del tiempo, encadenamos nuestras almas a la muerte. Y dejamos que "jovenes" sean solo aquellos cuyas almas que acaban de llegar a nuestra Tierra.

Hay que esmerarse para no dejar que tiempo nos excluya del mundo, para no terminar viviendo entre recuerdos, añoranzas, y la apatía a la modernidad.

5 comentarios:

Fernán González dijo...

Qué bueno que te guste el cine cubano. ¿Ya viste Memorias del subdesarrollo? Está en otra cuerda que la de Fresa y Chocolate. Es del mismo director, Tomás Gutiérrez Alea.

Joha dijo...

Vieras que no la he visto, pero ya que me dijiste me dispongo a conseguirla. :) Gracias por pasar.

Pablo Muñoz dijo...

gran enseñanza, sobretodo en el mundo actual, en donde muchos se resisten a que este ha cambiado. Quizás este cambiando más rápido de lo que la persona puede hacerlo.
acumular nuestros sueños y transformarlos en realidades, de acuerdo a nuestro mundo cambiante.

saludos

Joha dijo...

Si definitivamente es un reto. Quizá al final muchos tiren la toalla y comiencen a decir las frases de nuestros padre o abuelos:-el mundo no es lo que era antes- -la juventud está pérdida- y cosas por el estilo. Habrá que ver si no sucumbimos a la tentación de flotar en lugar de nadar contra la corriente.

Pablo Vargas dijo...

Me encanto la reflexion. Debemos crecer, madurar pero no dejar morir nuestros sueños. Siempr he creido que es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.

Tememos en nuestro interior ser lo suficientemente grandes para lograrlo, por eso muchas veces nos retiramos cuando estamos a punto de alcanzar lo que hemos soñado, y para eso debemos crecer...

Un abrazo, buen post!!

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