3 de enero de 2011

Confesión

Siempre esperé crecer... siempre creí que, como a la mayoría, olvidaría a la niña que una vez fui; pero no, nunca pude, ni creo poder hacerlo. Aun amo mojarme en la lluvia, aun sueño con mis barbies, aun quiero encontrar un príncipe azul, y espero que me traten con amor.

Creo que nunca pude crecer, volverme una adulta seria y taciturna fue demasiado para mi. Perdón. Me divierte hacer chistes tontos, pensar que las fabulas son grandiosas, y que algún día seré grande y podré ser todo lo que quiero ser.

Soy una niña, nadie lo duda. Y he pensado mucho en por qué nunca crecí. Pensé en Peter Pan y todas sus magnificas aventuras. Pensé cómo me divierte conversar con los niños y como aun veo magia en todo lo que Dios creo.

Hablo con el viento, escribo y narro todo lo que un día niña me senté a narrar, a soñar, a vivir.

Siempre creí que mi destino era crecer pero la vida me regaló el don de nunca hacerlo. Quizá crecí de otra manera, viendo el mundo como quiero que sea en lugar de como es, apreciando las nubes como cuadros del cielo y temiéndole a los grandes que subestiman mi niñez.

Soy una niña que se pregunta si hay más con quien jugar...

4 comentarios:

H3dicho dijo...

Es tuanis mantener al niño inside... siempre y cuando sepamos en qué ocasiones sacarlo..

saludos

h3dicho

andrés dijo...

Pues yo pienso que es motivo de celebrarlo, disfrutarlo sin esconderlo, en ningun momento. Esa chispa que solo la niñez nos puede dar... al final del dia cuando hago resumen de mis actos por lo general me arrepiento de los que se dan por haber perdido ya gran parte de mi chispa...

Un ebso Joha,buen post.

ÂחÃŁÎŢꢯ dijo...

Demasiado chiva tu post, todos deberían seguir teniendo algo de niños, tal vez así el mundo seria un lugar mejor.

Camino a Gaia dijo...

Ya lo dijo alguien: la patria del ser humano es su infancia. Por mucho que crezcamos, siempre deberíamos tener puesto en ella, al menos un pié.

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