7 de octubre de 2010

Del cielo al infierno


Cuan frágil es nuestra templanza, cuan difícil balancear nuestra existencia para no sufrir la pena de vivir sufriendo... Pasamos del cielo al infierno en un segundo, de amar a odiar por venganza, de creer a negar por injusticia. Convertimos una ilusión en pesadilla cuando los ojos que nos miran no son nuestro espejo..

Dejarse llevar por las pasiones de la vida es excitante. Podemos actuar como heroe de película, pensar como protagonista de novela pero siempre vamos a sufrir como ser humano. Vulnerable e imperfecto.

Si hay algo que no vemos en esas actitudes apasionadas es el sufrimiento detrás de ellas. Lo que perdemos al motivarlas... Perder la fe para buscar venganza por una injusticia, como el Conde de Montecristo; sucumbir a la
frivolidad por la belleza eterna como Doryan Gray; o vender nuestra integridad por dinero como Ebenezer Scrooge, son precios demasiado caros para una vida.

Pero los pagamos, reproducimos estas actitudes todos los días. Nos enamoramos con pasión, odiamos con furia y alimentamos la ira para que conciba una exitosa venganza. ¡Qué fastidio vivir así! ¡Cuando desgastamos la pasión y perdemos la templanza!

¡Me angustia mi capacidad de convertir el amor en vacío, de querer arrancar la injusticia de la realidad, de necesitar venganza en mis textos, de querer matar con mis ideas y besar con desdén a mis enemigos! Me mata el no querer controlar a mis demonios todo el tiempo...

La incapacidad de domar nuestras pasiones nos caracteriza, como la maldad, en ese viaje eterno del cielo al infierno luchamos, luchamos por no caer, (otros por no subir)... pero luchamos... ¡Qué angustia quienes ven este viaje irremediable! Quienes creen estar destinados a navegar por el mar del arrebato. Sin saber si viene o van, sin rumbo ni destino. Como un huracan incontrolable que borra todo a su paso.

Aveces siento que quiero convertirme, justo como Skywalker o como Jean Grey. Jajaja. En serio, me asusta. Me asusta la capacidad infinita del alma humana... Que puede pasar de amor, bondad y belleza, a odio, ira y venganza en un segundo. En un fragmento de vida roto que vela el filme de nuestra historia.

3 comentarios:

andrés dijo...

Yo lo veo, Joha, sobre todo cuando voy conduciendo y alguien comete una imprudencia de esas bien caballas - en un instante apreto los dientes, las manos sobre el volante, siento el pie pesado y un deseo que siempre termino conteniendo de alcanzar a ese tipo y volcar su carro, de sacarlo a patadas por la ventana por imbecil, de hacerle saber de la forma mas cruda e irracional que es un imprudente...

Luego recupero la cordura y me digo a mi mismo que asi nadie aprende, q x igual alguien me tendria que bajar a patadas si hago eso... sin embargo la transformacion intensa sucede sin pedir permiso.

Hay los que piensan y se calman y otros que evitan recuperar la cordura... eso es lo malo de ser tan intenso.

bueno verte Joha, un abrazo grande!

Amorexia. dijo...

yo disfruto mis pasiones sin remordimiento, habrá otras vidas más perfectas, por ahora soy el que soy, y uno que los demás ni se imaginan...

deshora

Pablo Vargas dijo...

Este título me trajo muchos recuerdos de un tiempo en que vivimos muchos sentimientos como los que ahora mencionas, cuando las cosas cambiaron en un segundo y todo lo que una vez pensamos s convirtió en un verdadero infierno. En el momento creí que nunca saldría del abismo en que estaba, sin embargo ese viaje de vuelta al lugar que una vez soñamos fue un proceso que nos enseñó demasiadas cosas importantes que hoy definen lo que soy y lo que creo. Sinceramente amiga me gusto mucho tú texto. Me ha dejado pensando muchas cosas y eso me encanta. Un abrazo!

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