La receta de la vida

Vivir es una receta única pero exquisita. Con chile, vinagre y mostaza, o con mantequilla, sal y leche. Muchos románticos solo la quieren con poquito de canela que les pique suavemente en la boca, y con mucha azúcar, para darle vida a sus sueños.

Algunos la prefieren fría mientras otros anhelan quemarse la boca al probarla, así es la vida.

Yo he cambiado de sabores a través de los años, me gustan los intensos, yo no soy de medias tintas. Aveces le pongo mucho chile, y aunque me parezca incomestible, la tomó, la trago llorando de risa y espero su efecto. Otras veces la endulzo demasiado, tanto que me empalago al comerla y paso días esperando la ansiada digestión. Aveces fría, otras caliente.

A veces la preparo tan suave y ligera que pasa como el agua por mi garganta y refresca cada parte de mi ser. Otras me queda pesada y canzona, tan pesada y canzona que vivir se convierte en un martirio del tiempo. Esa es la vida, esa es mi vida.

Vivir es tener la valentía de probar nuevos condimentos, vivir es buscar la receta perfecta. Una que avergüence a los perezosos, que envidien los aventureros y que busquen los filósofos. Todos aprendemos creando, y crear la receta perfecta es necesario para no vivir la vida entera en dieta.

No tengan miedo a buscar los ingredientes que los ayudaran a sazonar su mundo, no se preocupen que sean del agrado de todos porque solo ustedes estarán en la mesa al final.