Necesito una cucharada antes de un semaforo lleno de niños con cigarras de zacate. Otra para caminar por San José entre tantos ancianos pidiendo o trabajando con manos temblorosas. Una más para cuando lea las noticias, y guardaré un poquito para final de cuatri cuando dan los promedios.
Me preocupa ya que el precio para mi sube cada día. Y me encoleriza saber que mientras a unos les sobra, muchos se mueren amargamente al carecer de ella.
¡No importa lo que gaste! Porque ahorraré montones... (dolores, lágrimas y uno que otro enojo).
Me dispongo a comprar indiferencia pero no la recomiendo, ya que es una medicina engañosa. Es vacuna y enfermedad. Es la culpa de todos los males de nuestro mundo. Lo hago por un tiempo, para ver si puedo acaso descansar, caminar y vivir, aunque sea por un momento, sin tanto dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario